Samhain es un antiguo festival celta que marca el final de la cosecha y el comienzo del invierno en Irlanda, el Reino Unido y el norte de Francia. También era una época en la que la gente creía que los espíritus podían cruzar fácilmente a nuestro mundo. Hacían grandes hogueras, vestían disfraces y recitaban versos en las puertas de sus vecinos para ahuyentar a los fantasmas.

El festival de Samhain evolucionó para incluir una tradición romana en honor a Pomona, la diosa de la fruta y los árboles. Ella era representada por una manzana, una fruta que aún hoy desempeña un papel importante en el otoño moderno y en las tradiciones de Halloween, como pescar manzanas y las manzanas acarameladas.

En las Islas Británicas, las tradiciones de Samhain se convirtieron en parte de un festival de tres días del 31 de octubre al 2 de noviembre que incluía la víspera del Día de Todos los Santos, el Día de Todos los Santos y el Día de los Difuntos. La celebración honraba a los santos, los mártires y los muertos. Durante el festival, se tallaban nabos para convertirlos en linternas.

Los inmigrantes europeos trajeron las tradiciones de Halloween a América. Las tradiciones de la “momia” irlandesa y el “belsnickling” alemán implicaban vestirse con disfraces e ir de casa en casa a cambio de golosinas. Los estadounidenses comenzaron a usar calabazas en lugar de nabos para hacer las linternas. La festividad se fue convirtiendo más en algo sobre la comunidad y menos sobre
los fantasmas.

El dulce o truco como lo conocemos, donde los niños van de puerta en puerta a pedir dulces, se estableció en la cultura estadounidense. Los historiadores señalan que fue una tira cómica de “Charlie Brown” y una caricatura de Disney que mostraban el dulce o truco en la década de 1950 las que ayudaron a determinar cuándo se adoptó la tradición en los Estados Unidos.