Historia de la salud bucal: ¿Cómo nuestros antepasados mantenían un aliento fresco?

La búsqueda de frescura no es un asunto nuevo. Durante siglos, las personas en todas partes del planeta han estado luchando contra las bacterias que causan el mal aliento. Desde el Talmud y hasta en las obras de Shakespeare, las referencias al mal aliento son frecuentes y a veces incluso espeluznantes. Entonces, ¿qué hacían nuestros ancestros para mantener sus bocas frescas? Viajemos al pasado.

Egipto antiguo

Los egipcios antiguos pueden haber sido los responsables de haber creado las primeras mentas para el aliento mediante la combinación de hierbas y especies como el incienso, la mirra y la canela con miel para crear dulces refrescantes. Aunque esta técnica pudo haber ayudado a disfrazar los olores temporalmente, no hay mucha evidencia de que tuviese efectos duraderos. De hecho, la mayoría de los egipcios en la antigüedad padecían de problemas dentales extremos, de acuerdo con investigaciones en momias egipcias antiguas

Imperio árabe medieval

Las personas en el imperio árabe medieval masticaban palitos para refrescar el aliento, conocidos como miswak, hecho de un arbusto llamado Salvadora Persica. Las ramitas de este arbusto suelen ser fibrosas y muy aromáticas. Más allá de limpiar los dientes con un movimiento repetido, se dice que el miswak contiene ingredientes que podrían combatir las bacterias bucales y prevenir la caries. Hoy día, aun hay gente que usa el miswak alrededor del mundo.

China en el siglo 15

Los chinos fueron los primero en usar cerdas para cepillarse el mal aliento. Hacían cepillos de dientes usando huesos de animales o bambú para el mango y cabellos de cerdo. Mucha gente encontraba que los pelos de cerdo eran muy ásperos, así que ya para el momento en que el cepillo de dientes llega a Europa, mucha gente había optado por usar cerdas más suaves hechas de pelo de caballo. 

Inglaterra y Estados Unidos a finales del siglo 19

En el 1865, el cirujano inglés Joseph Lister desarrolló un antiséptico para matar las bacterias durante la cirugía. Años más tarde, este antiséptico inspiró el doctor Joseph Lawrence para crear su propia fórmula y llamarla Listerine. Durante décadas, el líquido se usaba para limpiar pies, suelos y más — antes de usarse para combatir el mal aliento. El mercadeo de Listerine tuvo aun mayor impacto que la creación del producto. Jordan Wheat Lambert y su hijo re inventaron el mal aliento y lo llamaron halitosis y así lo convirtieron en una enfermedad que podía hacer que las personas se sintieran como parias sociales si no eran curadas. 

Europa y Estados Unidos en el siglo 19

Desde el comienzo hasta la mitad de los 1800s, los europeos y los estadounidenses hacían uso de unas pequeñas latitas que contenían refrescadores de aliento llamados ¨cachous¨ (ka-chu) — los cuales estaba hechos de ingredientes como almizcle, esencia de violeta, esencia de rosa, regaliz y aceite de canela. Aunque el producto era muy popular, solo era un disfraz, no un remedio, para el mal aliento.

Hoy

La mejor forma de deshacerse del mal aliento es tener una buena rutina de salud bucal — cepillarse dos veces al día, usar el hilo dental a diario y visitar el dentista regularmente. Si el mal aliento continúa siendo un problema, es hora de hablar con su dentista. Podría ser una señal de una enfermedad en las encías, boca reseca, diabetes, sinusitis, problemas digestivos o enfermedades del hígado y los riñones.